Venta a empresas: Qué es el centro de compras
Para vender servicios a grandes
empresas, se debe satisfacer los criterios de todos los integrantes del
centro de compras
Por Edgardo Frigo
Muchas empresas comienzan a perder ventas importantes y no comprenden
porqué: conocen al cliente, su producto es bueno y el precio es adecuado.
Con frecuencia esto se debe a que no han podido identificar a todas las
personas involucradas en la decisión de compra, no han atendido las
necesidades y prioridades de algunas de ellas y esto les impidió desarrollar
una estrategia eficaz de venta.
UNA VENTA TÍPICA
Podemos ilustrar el proceso de la venta institucional con un ejemplo
práctico: Una empresa tiene un problema en el procesamiento del pago de
horas extra. Este problema puede resolverse implementando el software
adecuado. Supondremos que nuestra empresa se especializa en resolver esta
clase de problemas empleando productos diseñados a medida, bastante caros.
El presidente del potencial cliente es un amigo nuestro. Desea resolver el
problema, puede pagar por el servicio y quiere comprarnos a nosotros. Como
vemos, aquí nos encontramos en el mejor de los escenarios para concretar una
de nuestras ventas de software. ¿Esto garantiza que cerraremos la venta? De
ningún modo.
ANALIZANDO EL EJEMPLO
En el ejemplo anterior, evidentemente el presidente de la empresa es un
elemento crucial en la decisión de compra, pero de ningún modo es la única
persona involucrada. El presidente puede decir que sí, pero hay muchas otras
personas que pueden decir que no y detendrán el proceso de venta. Cada
persona involucrada busca satisfacer ciertas necesidades y recomendará o no
la compra sobre la base de sus propias prioridades.
Nosotros, como vendedores, presentamos al presidente de la empresa las
ventajas de resolver adecuadamente su problema. Él está de acuerdo y quiere
comprarnos, pero previamente debemos entrevistar a los gerentes de sistemas
y recursos humanos y averiguar qué necesitan. El resultado de estas
entrevistas probablemente nos obligará a modificar nuestra oferta original.
Pero, aún así, la venta todavía no está cerrada. Debemos entrevistar al jefe
de sueldos del cliente, que tienen sus propias necesidades y prioridades y a
las que también deberá adaptarse nuestra propuesta.
En esa la empresa, además, existe un programador. Con él deberemos coordinar
varios de los aspectos operativos de nuestro servicio. También habrá que
entrevistarlo, lo que nos puede obligar a nuevas modificaciones.
Finalmente llegamos al punto en el que luego de rediseñar nuestra propuesta
varias veces, hemos satisfecho las necesidades de todos los involucrados…
salvo las del gerente de administración, que ya tiene asignado el
presupuesto para éste año y nos obliga a replantear todo el financiamiento
de la oferta.
Éste es un ejemplo demostrativo. No lo complicaremos añadiendo otras
influencias, que los vendedores enfrentan en forma cotidiana:
- El gerente de compras desea hacernos competir con otros proveedores… uno
de los cuales es su primo.
- El gerente de operaciones desea opinar, porque su personal está
involucrado en el problema.
- El hijo del presidente siempre opina porque “sabe de computación”.
- La empresa tiene un directorio colegiado, lo que agrega problemas a los
problemas… y mil etcétera.
EL CENTRO DE COMPRAS
En las compras grandes participan muchas personas. Algunas de ellas deciden
la compra. Otras no pueden tomar la decisión, pero influyen sobre ella.
Ese conjunto de personas recibe el nombre de centro de compras. Cada tipo de
compra es resuelto por un centro de compras distinto. En nuestro ejemplo, si
se quisiera vender vehículos para el área de operaciones el centro de
compras tendría una estructura diferente.
La existencia del centro de compras crea una cierta dinámica de grupo que se
debe tomar en cuenta al diseñar la estrategia de venta. El vendedor puede no
llegar a conocer nunca a algunas de las personas que forman este centro de
compras, por ejemplo a integrantes del directorio del cliente.
Cada miembro de este centro de compras tiene sus propias motivaciones. Si
sus necesidades no son satisfechas, dificultará o impedirá la concreción de
la venta.
En la venta además del vendedor quizá tengan que participar varias personas
diferentes de nuestra empresa. Con cada integrante del centro de ventas hay
que hablar en su propio idioma y a su propio nivel. Es difícil que un
vendedor pueda hablar en su idioma y a su nivel con el gerente de sistemas
del cliente.
Actualmente una empresa tarda bastante tiempo —frecuentemente entre dos y
seis meses— en tomar una decisión de compra grande. Este tiempo aumenta en
función de la relevancia de la compra para la empresa, del número de
personas que formen el centro de compras y de la suma involucrada.
INTEGRACIÓN DEL CENTRO DE COMPRAS
Cada una de las personas que forman el centro de compras adoptan distintos
roles, que en general varían de acuerdo a la compra de que se trate.
Siempre existe un iniciador del proceso de compra. El iniciador es la
persona que reconoce que se debe realizar determinada compra para resolver
una necesidad de la empresa. Por ejemplo, el gerente de operaciones necesita
una camioneta más, y actúa como iniciador cuando reconoce la necesidad y
solicita la compra del vehículo.
En la empresa hay usuarios, que son quienes finalmente consumirán el
producto o servicio y que tienen influencia en el momento de la compra.
Al menos una persona cumple la función de filtro, manteniéndose al tanto de
la oferta del mercado. En nuestro ejemplo el filtro puede estar en la
gerencia de compras, en la de recursos humanos o en el área de sistemas. El
mecanismo de filtro puede tomar la forma de listado de proveedores
inscriptos: sólo se le puede vender a la empresa si se está inscripto y ha
sido aprobado previamente.
Existen personas influyentes, que no toman la decisión final pero pueden
modificarla de muy distintos modos. Puede tratarse de personas de nivel
medio o bajo en el organigrama formal (en nuestro ejemplo, un programador),
y muchas veces el vendedor no llega a conocerlos a todos.
Y existen decisores, que son quienes finalmente aprobarán o no la compra. En
muchas empresas, particularmente cuando se trata de compras grandes, la
decisión puede ser tomada por un grupo de directivos reunido al efecto.
El vendedor puede no llegar a conocer nunca a los verdaderos decisores. La
orden de compra puede ser firmada por un gerente. Pero la decisión en
realidad puede haberse tomado a un nivel mucho más alto, al que el vendedor
no tiene acceso.
COMPRA Y PODER
En una empresa, el poder sobre las decisiones de compra no siempre tiene
relación con la posición formal del funcionario. El vendedor debe indagar
dónde reside el poder para realizar esa compra en particular.
Como vimos, el poder de compra generalmente descansa en un grupo de personas
al que hemos dado el nombre de centro de compras. Cada integrante de este
“organismo colegiado virtual” busca obtener ciertos beneficios para sí mismo
y para la organización.
El trabajo del vendedor incluye, entonces, comprender:
- Cómo se integra el centro de compras para éste caso en particular
- Qué motivaciones tiene cada uno de sus integrantes
- Qué necesidades de desempeño de producto, de precio o incluso personales
busca satisfacer cada uno
- Cómo asignará sus prioridades en esta ocasión particular.
Luego esta información deberá ser integrada en una estrategia de venta,
presentando una oferta que satisfaga las necesidades de todos los
involucrados y signifique un buen negocio para ambas partes.
De otro modo, aunque la empresa necesite el producto y el precio sea
bueno —e incluso aunque tengamos el aval del presidente, como en el ejemplo
presentado— el cierre de la venta se retrasará, o la operación no llegará a
concretarse.
El
autor, Prof. Edgardo Frigo, consultor especialista en gerencia de
Seguridad,
preside
el Foro Latinoamericano de Seguridad.
Vea
sus antecedentes en www.forodeseguridad.com/frigo.htm