Los cambios en
el modo de remunerar a los vendedores
A medida que
aumenta la complejidad de la
función comercia, cambian los criterios para remunerar a los vendedores
Por Edgardo Frigo
Hasta hace pocos años en este mercado prácticamente no existían vendedores
profesionales, y casi ninguna empresa contaba con equipos estables de
ventas. La función de ventas era ejercida por los dueños de las empresas, y
una parte sustancial de las operaciones se establecía gracias a sus
relaciones personales. Con la evolución del sector, que presenta una
tendencia general a la mejora funcional, se van incorporando profesionales
comerciales formados en otros mercados, y algunas empresas desarrollan
experiencias propias de entrenamiento de fuerzas de venta cada vez más
estructuradas.
El aumento de complejidad de la función
comercial
La índole de la tarea de ventas propia del sector de la seguridad hace más
complejo este proceso. Hasta hace poco tiempo, se le vendía a los amigos.
Ahora se trata de ventas crecientemente técnicas, en las que los acuerdos
dependen cada vez menos de las relaciones personales de los participantes y
cada vez más de buenas presentaciones técnicas, ecuaciones costo-beneficio
adecuadas y agregado de valor a lo largo de toda la vida de la relación.
Hoy en día muchos vendedores y directivos de ventas se capacitan tanto
cursando estudios universitarios formales como cursos de perfeccionamiento
en ventas y ventas corporativas. En muchos casos este entrenamiento se
sustenta en la voluntad individual del propio vendedor y no en un esfuerzo
organizado (y pagado) por la empresa. También, dado el carácter más técnico
de estas ventas, también crece la cantidad de personas de marketing y ventas
que se entrena en disciplinas propias de la seguridad.
Esta necesidad de incorporar conocimientos tanto en ventas a grandes
clientes como en seguridad, hace que la maduración de un profesional de
ventas de seguridad sea un proceso largo, que quizás no lleve menos de cinco
años.
Absorber la amortización de una curva de aprendizaje tan larga va más allá
de las posibilidades de muchas empresas, y en este caso la venta sigue
siendo realizada preponderante o exclusivamente por sus dueños.
En otros casos se incorpora a personas free-lance, remuneradas sobre la base
de comisiones sobre las operaciones que traen a la empresa. Esto tiene como
ventaja para la empresa el no aumentar sus costos fijos comerciales, pero
genera un bajo nivel de lealtad tanto en el vendedor como en el cliente.
En ciertos segmentos del mercado orientados a venta más masiva se tiende a
emplear equipos de vendedores más organizados. Esto ocurre, por ejemplo, en
la venta de alarmas domiciliarias y de seguimiento satelital de transportes,
que funcionan como empresas independientes o como unidades de negocios de
empresas de seguridad diversificadas.
Muchas de estas fuerzas de venta son incipientes, y tanto los vendedores
como su supervisión deben ganar entrenamiento y experiencia. En algunos
casos los vendedores son seleccionados de modo no profesional y remunerados
casi completamente sobre la base de comisiones, lo que provoca altas tasas
de rotación y eleva los costos ocultos de ventas.
Complejidad
de la tarea y remuneración del vendedor
La mayor complejidad de la función comercial en seguridad, los largos
períodos necesarios para llegar a régimen de plena productividad en un
vendedor de alto nivel y las relaciones más complejas que estos vendedores
establecen con los centros de compras de los principales clientes, hacen que
los criterios de remuneración vayan variando a medida que el mercado madura.
Para varias líneas de productos y servicios, y particularmente en las
empresas más grandes, se van abandonando los esquemas de pago
por comisiones, para acercarse más a estructuras en las que el salario
gana mayor importancia, en ocasiones unido a bonos anuales por productividad
o logro de objetivos.
También, a medida que las empresas obtienen herramientas más adecuadas para
poder medir la real productividad de cada vendedor, la parte variable de
las remuneraciones está crecientemente ligada a medidas objetivas de la
productividad individual, y menos ligada a la opinión del supervisor directo
del equipo de venta.
A su vez, pueden establecerse mecanismos diferenciales
de remuneración para vendedores con distintas especializaciones o en
distintas etapas de su proceso de incorporación.
El autor,
Prof. Edgardo Frigo, consultor especialista en gerencia de Seguridad,
preside el
Foro Latinoamericano de Seguridad.
Vea sus
antecedentes en www.forodeseguridad.com/frigo.htm