El desarrollo institucional como
estrategia educativa
El aprendizaje en las instituciones laborales es un
proceso complejo, que se produce en varios niveles simultáneamente
Por Julio Marolla
El aprendizaje en las instituciones laborales es un proceso complejo, que se
produce en varios niveles simultáneamente. Acotaremos aquí sistemáticamente
algunas de sus principales manifestaciones, que constituyen los puntos de
apoyo articulares en que se despliega el trabajo del operador que actúa
guiado por la estrategia de desarrollo de las instituciones.
Quizá el primer asunto es cómo analizar las influencias que cada
organización, a través de sus determinantes culturales, estructurales y
dinámicos, imprime a los procesos de aprendizaje formal e informal.
Los aprendizajes informales
Desde los primeros contactos que una persona establece con una institución o
sus representantes, comienza a recibir información sobre lo que aquella
espera que haga o diga, y de la forma en que esto debe realizarse.
Esta información, acompañada de diversos matices afectivos, va estructurando
por un lado "patterns" de comportamiento y, por sedimentación, un resultado
intrapsíquico, al que hemos llamado "imagen institucional".
Esta actuará en adelante como una variable interviniente en los procesos de
decisión y ejecución, que se verán más influidos cuanto mayor sea el "grado
de libertad" (en el sentido de discrecionalidad) de la tarea asignada a ese
individuo.
Es así como resulta clara la conveniencia de planificar cuidadosamente los
pasos a través de los cuales se realiza el proceso de búsqueda, selección e
inducción del miembro a la organización, dado que las primeras impresiones
tiñen fuertemente todo el proceso posterior.
La tarea como operadores nos muestra que, en muchos casos, los estilos
organizacionales privilegian la tendencia a la acción, con una
desvalorización implícita o explícita de la actividad especulativa, y formas
comunicacionales predominantemente unidireccionales e informales, que
transmiten una información que es muchas veces deliberadamente parcializada.
Facilitar el aprendizaje por la experiencia en tales contextos implica, para
el operador, actuar no sólo sobre los procesos individuales, sino también
sobre los determinantes culturales.
Esto implica apuntar a resultados tales como el manejo de la información
adecuada en cada nivel, fluir la retroinformación tanto horizontal como
verticalmente, en principio respecto de la tarea y luego respecto de
procesos grupales e interpersonales, y otras acciones conducentes a ampliar
la base participativa que requiere una estrategia de auténtico crecimiento y
desarrollo.
Complementaremos este análisis de los componentes básicos de los
aprendizajes informales con la consideración del "autoaprendizaje".
Este consiste en un proceso por el cual una persona, de manera más o menos
consciente, se propone metas a alcanzar en relación al dominio de los temas
que configuran su tarea. Aquí la función del operador consiste en brindar
asistencia a través de un diálogo que permita al miembro clarificar su
objetivo y elegir de entre los medios disponibles el que considere más apto
y más afín a su personalidad.
En cuanto al entorno organizacional, las condiciones que facilitan
claramente este proceso son:
Que la institución tenga objetivos claros y planes racionales para
alcanzarlos. Esto permite al miembro tener una idea más aproximada de es su
rol como protagonista de ese plan, y cuáles las posiciones (actual y futura)
desde las cuales ha de contribuir a esos logros.
Que los supervisores y directivos cuenten entre sus responsabilidades la de
desarrollar el personal que les es asignado. Este aspecto, que tiene la
doble función de motivador en lo emocional y de guía en lo intelectual, es
esencial por estar situado en el espacio virtual que vincula la organización
con el individuo.
Que en el clima organizacional prepondere la flexibilidad por sobre la
rigidez, dado qué solo en estas condiciones puede generarse la libertad de
pensamiento necesaria para provocar en el sujeto un auténtico deseo de
aprender.
De esta forma, podemos concluir que los aprendizajes informales tienen tres
características fundamentales:
Implican al conjunto de la organización.
Actúan sobre la personalidad total del sujeto. Se sustentan en el deseo de
aprender del mismo.
Los aprendizajes formales:
La contribución esencial de los procesos de aprendizaje formal en el ámbito
organizacional es que deben encauzar, sistematizar y facilitar los procesos
de aprendizaje informal. En consecuencia, deben representar una continuidad
respecto de aquellos, en el sentido de complementarlos y realimentarlos.
¿Sobre qué variables debe el operador (interno o externo) vehiculizar su
estrategia de intervención para lograr la articulación de ambos niveles de
aprendizaje?
Debe actuar sobre:
La tecnología de operación (sistemas, producción, administración,
virtualización).
Los procesos de dirección, la dinámica de comunicación interdepartamental y
los estilos de relación interpersonal.
La circulación humana en la red institucional, desde la inducción de los
miembros hasta los rituales de separación.
¿Cómo hacerlo? Teniendo en cuenta cuatro pasos fundamentales:
Primer paso - determinar de qué tipo de organización se trata,
definiendo:
El objetivo o finalidad principal de la organización: de qué se ocupa; qué
bien o servicio aporta a la sociedad. Peter Drucker pregunta a sus clientes:
"¿Cuál es su negocio?" como medio para inteligir qué es lo que subordina (o
debería subordinar) al conjunto institucional.
El proyecto de la organización: qué se propone, cuáles son los logros que se
ha fijado obtener y en qué plazos.
El clima organizacional: cuáles son su estilo de liderazgo, su sistema de
recompensas, los aspectos estimulados y los rechazados en las personas, el
soporte de la gerencia, la relación en los pares, la presión de trabajo, las
oportunidades de innovación, la funcionalidad de las instalaciones físicas.
Puede significar un aporte al esclarecimiento de situaciones que
eventualmente se presenten confusas, realizar un análisis de la historia
institucional, desde su fundación o instalación en el país, cuál fue su
propósito inicial, cómo se llegó hasta hoy y qué modificaciones hubo.
El contexto organizacional: cuáles son las variables extraorganizacionales
que facilitan el logro de los objetivos y cuáles los dificultan.
Pueden tomarse, desde ya, muchos más ítems para definir una organización,
pero éstos son, a nuestro juicio, los fundamentales, y el objetivo no es acá
realizar un inventario, sino aportar cierta claridad sobre lo esencial.
Segundo paso - diagnóstico de los obstáculos y determinación de
cuáles de éstos son susceptibles de ser superados, neutralizados o
disminuidos por medio de acciones educativas a un costo razonable.
Cuando dijimos que la base de esta estrategia es participativa, nos
referimos al rol que debe darse a los destinatarios de nuestra acción en
cada una de las etapas. Aquí no es el operador el que hace el diagnóstico,
sino que cada una de las personas involucradas contribuye a formular el
propio diagnóstico de las dificultades. Se trata de un diagnóstico conjunto.
Cuál será el tipo de tecnologías y/o procesos por el que se comience,
depende de la particularidad de cada organización y del grado de comprensión
de sus propias dificultades y conflictos.
Tercer paso - intervención operativa.
La operación consiste en un proceso de enseñanza – aprendizaje cuya
finalidad es realizar un aporte al logro de los objetivos organizacionales a
través de medios educativos.
Cada una de las acciones deben estar cuidadosamente planeadas, adecuadamente
insertadas, tanto en el espacio adecuado como en el momento justo y con
métodos pertinentes; deben estar coordinadas entre sí, y responder a lo
detectado en el diagnóstico, y deben realizarse con el ritmo y la secuencia
óptimos que surjan del análisis organizacional realizado en el primer paso.
Durante su transcurso, debe atenderse al proceso que realizan los
participantes, a fin de ir realizando los ajustes pertinentes en cada caso.
Cuarto paso – evaluación
La realización de este paso conduce a la formulación de un nuevo
diagnóstico, que incluirá el análisis de los cambios verificados en la
organización y en el contexto. La evaluación debe contemplar la pregunta:
¿en qué medidas han contribuido estas acciones a la salud institucional?, lo
que nos lleva a otra pregunta: ¿qué caracteriza una organización sana?
Proponemos cinco indicadores básicos de salud
organizacional:
-- Flexibilidad externa para adaptarse activamente al
contexto.
-- Flexibilidad interna que permita el cambio de las
estructuras conjuntamente con las modificaciones de las funciones.
-- Formular claramente sus, objetivos, planificar las
acciones para alcanzarlos y comunicarlo claramente a quienes corresponde.
-- Propender a la colaboración por sobre la
competencia entre sus grupos o subsistemas.
-- Facilitar el desarrollo de la personalidad de sus
miembros (desarrollo que implica, obviamente, lo estrictamente profesional).
Tener en cuenta estos principios fundamentales ayuda a
generar una sinergia entre estos dos senderos del aprendizaje, logrando cada
persona desarrollar más ampliamente su potencialidad y a
cada organización aumentar su capital intelectual.
Julio Marolla, experto en capacitación, ha sido presidente de ADCA, la Asociación de
Capacitación y Desarrollo de Argentina, en cuya revista se publicó
originalmente este artículo. Gracias!
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