Dentro de cincuenta años
Dentro de
cincuenta años no importará mucho cuánto se haya invertido hoy en
seguridad, ni cuánto se haya gastado en campañas políticas
Por Mex Urtizberea
Dentro de cincuenta años poco va a importar cuánta gente fue a la
plaza, dará lo mismo quién ganó la batalla del rating televisivo de
este año, serán del olvido los bailes eróticos de Nazarena Vélez, los
jugadores de fútbol que no entraron en la lista para el mundial de
Alemania, los legisladores que armaron su monobloque, y también El
Código Da Vinci.
Lo que, definitivamente, sí estará presente es aquello que se haya
hecho hoy por la educación.
Dentro de cincuenta años probablemente Kirchner sea el nombre de
alguna avenida en Santa Cruz, Macri sea un apellido que se lea en una
placa del club Boca Juniors o del Congreso, a Carrió se la podrá ver
sólo en fotos, a Ben Laden en una estampilla de correo privado de
Medio Oriente y a Bush en una estatua en una plaza perdida de Texas.
Lo que sí podrá verse, en vivo y en directo, y será imposible no
ver, es lo que hoy se haya hecho por la educación.
Dentro de cincuenta años usted y yo seremos un recuerdo, o un olvido,
pero no lo serán nuestros hijos ni nuestros nietos: para ellos será
este país mal educado o bien educado, según lo que hoy se haga por la
educación.
Dentro de cincuenta años no quedará ni rastro del debate sobre si está
bien o mal que un niño use celular, si Maradona se droga o no se
droga, si María Eugenia Ritó es mejor vedette que Emilia Attias.
Lo que sí podrá encontrarse en cada rincón del país son los rastros
del debate que se necesita abrir hoy sobre la educación.
Dentro de cincuenta años no será más que un número lo que se invierte
ahora en seguridad, no le servirá a nadie lo que se haya gastado en
campañas políticas, no será ni recuerdo qué comportamiento tuvo la
Bolsa este año o a cuánto cotizaba el dólar.
Lo que sí se notará visiblemente es lo que hoy se invierta para
educación.
Dentro de cincuenta años usted y yo seremos el pasado, como lo serán
Kirchner y Macri, Nazarena Vélez, Carrió y el autor de El Código Da
Vinci, y María Eugenia Ritó y los jugadores del Mundial, pero no lo
serán nuestros hijos ni nuestros nietos: a ellos les tocará un
presente de país educado, según lo que se haga hoy por la educación.
Y quien haga hoy algo por ella, quien muestre
verdadero interés y se ponga a trabajar ahora apasionadamente para
mejorarla, extenderla, financiarla, multiplicarla, quien se desvele
para que llegue a todas partes, para que nadie quede afuera por
razones económicas o geográficas, para que tenga calidad y que la
calidad sea gratis, quien entienda que un país mal educado es un país
condenado a muerte, y modifique este destino, entonces su nombre no
será del olvido: dentro de cincuenta años estará presente en todos los
rincones del país, será recordado con admiración y respeto.
Y no será sólo estatua, o calle, o foto, o estampilla.
.
NE:
Sustituya los nombres de las figuras argentinas por los de su propio
país;
en toda
América latina - y en casi todo el mundo! - la reflexión sigue siendo
válida.
Esta
valiosa reflexión de Mex Urtizberea fue publicada en el diario
La Nación,
de cuyo
sitio Web www.lanacion.com.ar
la tomamos. Gracias!
Usted está en
https://www.forodeseguridad.com/artic/reflex/8156.htm