¿Qué hacer para salvar a la policía?
Cómo
mejorar a la Policía de México
Por Diego Geddes
Los
problemas de la Policía de México
Los policías encargados de velar por la seguridad de los mexicanos,
son tradicionalmente señalados como ineptos y corruptos por una
sociedad fastidiada de su ineficacia, abusos, actos de complicidad con
los criminales y las omisiones que favorecen la comisión de delitos.
No obstante, pocas veces son comprendidos y muchas menos reconocidos.
Si bien es cierto que la policía mexicana enfrenta, metafóricamente,
un problema grave de salud, en el cual alguna parte de sus elementos
están prácticamente desahuciados, resulta también cierto que no todos
al interior están enfermos, que existen personas que presentan ciertos
síntomas, otras tantas que son vulnerables a enfermarse y que muchas
otras se encuentran perfectamente sanas.
Más allá de continuar únicamente con las críticas a los policías, como
sociedad, deberíamos informarnos para conocer y comprender la
situación que enfrentan y buscar, a través de las instancias de
participación ciudadana, las formas de paliar sus males y,
eventualmente, lograr su restablecimiento y condición de salud, para
beneficio de todos.
Cómo
se conforma la Policía de México
Según datos recientes, la fuerza
policial nacional se encuentra conformada de la siguiente manera:
Policía Federal: 35,386 Miembros
Policía Federal Ministerial: 3,500
Policía Estatal: 196,030
Policía Ministerial: 26,928
Policía Municipal: 165,510
TOTAL: 427,354 Policías
Estas cifras nos arrojan un promedio de casi 4 policías por cada mil
habitantes, lo cual, en términos comparativos, no está nada mal;
estamos al nivel de países europeos y por encima prácticamente del
resto de los países latinoamericanos, incluso tenemos más policías per
cápita que los estadounidenses.
Muchos
policías mexicanos tienen bajos sueldos y muy bajo nivel educativo y
cultural
Existen otros factores que, sin embargo, derrotan a la policía
mexicana:
- De los 2,439 municipios, más de 400 no cuentan con policía
municipal.
- El 40.5 % de los policías perciben entre $1,000 y $4,000 pesos
mensuales.
- El 20.4% gana menos de $1,000 pesos al mes.
- 68.3% de los policías municipales tiene un nivel de educación
básica.
- Existe un analfabetismo de casi un 2% en sus filas.
Si a esto aunamos el concepto de ineptitud y de corrupción en el que
tenemos la mayoría de los ciudadanos a los policías y, encima de ello,
observamos la falta de respeto y los insultos que se les profieren en
cada oportunidad, el escenario donde se desempeñan estos servidores
públicos no es nada prometedor.
La
corrupción policial
Valdría la pena reflexionar en el hecho de que los actos de
corrupción, y concretamente el delito de cohecho, lo comete tanto el
que recibe, como el que otorga. ¿No será acaso que a lo largo de los
años, a través de las dádivas y *mordidas* a los policías, fuimos
sembrando pequeñas semillas de corrupción y que, al cabo del tiempo,
crecieron y se convirtieron en auténticas plantas carnívoras?
¿Podríamos aseverar que los fuimos condicionando de cierta manera, que
se convirtió ya en un estilo de vida, tanto para ellos como para
nosotros?
¿Cómo
mejorar la policía mexicana?
Se dice que cada pueblo tiene la policía que quiere y que merece. ¿Qué
policía merecemos y queremos en México?
¿Ganaremos algo únicamente criticando y denostando a nuestra policía?
Es evidente que requieren una reestructura. Se está trabajando
arduamente en ella, veremos seguramente cambios de forma y fondo en el
corto, mediano y largo plazo a través de los nuevos modelos
policiales; sin embargo, los ciudadanos no podemos simplemente
cruzarnos de brazos y esperar a que las cosas se den por sí solas.
Podemos y debemos coadyuvar a su dignificación y reconformación.
Nuestra policía está enferma, no permitamos que se convierta en una
enfermedad crónica y ayudemos a su recuperación, pues para contar con
niveles adecuados de seguridad, es preciso ayudarla a vivir.
La fórmula requerida se llama Participación Ciudadana, con la
cual, a través de comités y observatorios ciudadanos, no sólo se
pueden auditar y supervisar sus acciones, pues al mismo tiempo se debe
estimular a los seres humanos que se encuentran debajo de cada
uniforme, mostrándoles el respeto debido al tiempo mismo de obligarlos
a cumplir con su deber y misión, de acuerdo con el rol que ellos
mismos han asumido para desempeñar en nuestra sociedad.
Los mexicanos queremos y merecemos una buena
policía, trabajemos juntos por ella.
Este artículo de David Lee, que nos fue enviado por Luiz
Carlos da Fonseca, fue publicado en Tribuna Libre,
http://noticiastribunalibre.blogspot.com . Gracias!
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