Violencia sexual infantil: Cuando la casa no es lugar seguro
¿Qué ocurre con un niño cuando el familiar, el amigo, el vecino dejan de ser la protección y pasan a ser la amenaza?
Por: María Laura Marandino
El abuso sexual
infantil
No existen estadísticas ciertas sobre el abuso sexual infantil, aunque el
seguimiento de múltiples casos permite sacar conclusiones confiables. En
principio, que la familia puede ser un ámbito crítico cuando los lazos
parentales quedan abolidos.
La violencia existe en el orden público y privado. Se pide a la Justicia
una injerencia sobre la vida privada, que actúe entre el desamparo y las
instituciones y responda ante la falta de políticas públicas activas, lo
que implicaría solucionar problemas económico-sociales-educacionales.
Investigaciones sobre la parentalidad registran transformaciones en
hábitos tradicionales y en el derecho de familia. La violencia infantil
resurge cuando la familia tradicional está en crisis y los nuevos lazos
parentales aún no están consolidados. En este cruce el estatuto de los
niños se torna más complejo.
Relacionar la violencia y el abuso sexual intrafamiliar con esas
transformaciones demanda un trabajo interdisciplinario que permita
describir este síntoma en toda su complejidad. Hay alarma por el aumento
de denuncias de abuso sexual infantil. ¿Hay más niños sufriendo? ¿Más
denuncias? ¿Más información? ¿Más casos considerados abuso sexual?
¿Todas esas causas juntas? La falta de estadísticas impide precisiones.
Qué
niños sufren abuso sexual
En nuestro país se ha intentado, en el ámbito judicial, dar respuesta a
la protección de niños / as adolescentes víctimas de violencia. Un ejemplo
es la aplicación de ley N° 25.852/2004 incorporada al Código Procesal
Penal de la Nación, por la que aquellos sólo deben declarar ante
psicólogos.
En este marco, intervine personalmente en 1075 casos de lesiones y
delitos sexuales.
Seleccioné una muestra con 196 casos de violencia sexual, los que
confirmarían apreciaciones nacionales y extranjeras.
Del 100% de casos, el 87,24% de las víctimas son niñas y el 12,75% son
niños.
Si segmentamos en grupos etáreos, el 69,88% de los casos
corresponde a la franja de entre los 7 y 15 años. El menos frecuente,
con tan sólo el 1,02%, es el que va hasta 3años.
En las niñas, el
segmento más numeroso es entre los 7 y 15 años con el 73,70 % de casos.
En los niños, el más numeroso es entre los 4 y 9 años con el 56,0 % de
casos.
En la familia, el 28, 35 % de los casos el imputado es el padre /
padrastro.
En ese total, el 89,47 % de casos son niñas. Si ampliamos el núcleo
familiar con tíos, abuelos, primos u otro familiar, el porcentaje
llegaría a un 45,77 % del total, confirmando estudios internacionales
que establecen que el riesgo mayor se encuentra en el círculo
familiar.
Si al ámbito familiar agregamos personas del entorno, amigos de la
familia, vecinos, maestros, encargados de edificio - hotel - pensiones y
cuidadores, el porcentaje, alcanzaría al
77,11% del total.
El 4,97% de casos son otras personas cercanas al niño ajenas a su
entorno permanente. Sólo son cometidos por personas desconocidas
el
17,91% de los casos.
Para
los niños, el mayor peligro de violencia sexual está en su propio
hogar
De la muestra se visualiza que en el 77,11% de los casos, el mayor
riesgo para el niño estaría en el hogar y en sus cercanías. Es la
persona amada, los padres, los parientes cercanos y su entorno de
confianza (amigos y conocidos) quienes más pondrían en peligro al niño.
Este análisis coincide con el informe de Naciones Unidas que reconoce la
creciente violencia familiar, destacando la violencia sexual infantil en
el hogar y sus cercanías. Es decir que la falta de seguridad no
siempre viene desde afuera.
La idea de que lo peligroso anida en el interior
de los hogares es reciente; por siglos era considerado enemigo "sólo
lo de afuera", lo exterior a la familia. Freud llamó a esta
experiencia "lo siniestro", que produce la angustia frente a aquello que
viniendo de lo familiar se transforma en extraño y peligroso. ¿Qué
ocurre cuando el familiar, el amigo, el vecino dejan de ser la
protección, pasando a ser la amenaza? Es entonces cuando surge lo "Umheimlich"
(lo siniestro), que agudiza el desamparo constitutivo de quienes por su
edad no han logrado un equilibrio subjetivo suficiente.
El estrago producido por este tipo de abuso recae no sólo sobre quien
lo padece sino también sobre el conjunto de las relaciones familiares de
manera irreversible.
La parentalidad vulnerada de esta manera muestra
que los hogares están en peligro cuando los lazos que los constituyen
quedan abolidos, como puede verse en los casos presentados, por la
trasgresión sexual de algunos responsables de la familia o de sus
allegados.
María Laura Marandino,
Psicologa Clinica, es Miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Tomado de
www.clarin.com . Gracias!
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