Las redes sociales pueden
propiciar delitos
Al
usar redes sociales, hay que tomar recaudos para no ser víctima de
delitos
Por
Claudio Stampalija
El
crecimiento exponencial de Internet hace que paulatinamente ciertos
aspectos de nuestras vidas vayan cambiando. Sin dudas, el aspecto en el
que más se notan estos cambios es en nuestras formas de comunicarnos.
Grandes y chicos de cualquier estrato social se van familiarizando con
palabras inexistentes hace pocos años como msn, chat, blog o últimamente
Facebook.
Ahora bien, cuando se trata de comunicarse con gente de nuestro círculo
familiar o de amistad son herramientas invaluables gracias a la rapidez
y el bajo costo. Pero, ¿qué pasa cuando nuestra información íntima
cae en manos inapropiadas?
Es que estos ámbitos virtuales son cada vez más utilizados por
delincuentes a fin de conseguir referencias que puedan ser la base sobre
la que construyen su actividad ilícita.
A fin de frustrar tales móviles, resulta vital no hacer públicas ciertas
informaciones que pueden ser utilizadas como actos preparatorios para
cometer hechos delictivos graves como secuestros (tradicionales,
virtuales o express) extorsiones, robos (en vivienda, de automotores, o
de identidad) acosos o posibles conductas contra la integridad sexual,
entre otros. Es decir, el principal comportamiento es no admitir a otros
en la red social virtual por la que se comunica sin estar completamente
seguros de quién se trata, e insertar la menor información posible sobre
nosotros, datos personales, fotos, direcciones, números de teléfonos
fijos o celulares, bienes materiales, costumbres, etc.
Hay que ser cuidadoso y no consentir conversaciones on line con
extraños, sobre todo cuando de ofrecer información de nosotros se trata.
Esto se llama prevención situacional que apunta a dificultar,
obstaculizar o impedir la labor del delincuente. No debemos colocarnos
en el rol de víctimas propiciatorias.
Para ello, y como concepto general, es preciso que empecemos a
disciplinar una porción de nuestra libertad. Ello no significa
restringirla en absoluto. Vale la pena realizar un pequeño cambio de
hábito hacia la prevención para evitar que sea lesionado nuestro
patrimonio material, nuestra integridad física y nuestra tranquilidad
emocional. Es necesario hablar con nuestros hijos al respecto y con
aquellos que muestran un arraigo a estas modalidades, que cada día son
más. Es hacer un pequeño aporte en orden a una política criminal de la
que el país, por ausencia del Estado, carece.
Es una manera de ser protagonistas, de participar,
de no ser meros espectadores frente al desafío al que nos convoca el
delincuente, de tomar conciencia de nuestra seguridad personal y a
través de ello, colocarnos el ropaje de ciudadanos para reclamar a
nuestros funcionarios políticos que cumplan con su deber.
Parafraseando al profesor canadiense Irvin
Waller, uno
de los expertos más reconocidos en el mundo:
"Los delincuentes son
responsables por el daño ocasionado por el delito cometido, pero todos
nosotros lo somos -comenzando por el Estado- por no adoptar las mejores
prácticas para evitarlo".
Claudio
Stampalija es Director del Centro de Estudios para la Prevención del
Delito de la Universidad de Belgrano.
Tomado del diario Clarín,
www.clarin.com . Gracias!
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