Investigación del fraude documental
Si
bien no existe la falsificación perfecta, hay que tratar de realizar la
investigación perfecta
Por Jorge Delgado
y Belen Elizabeth Nahmias
“A pesar de las
saludables medidas preventivas adoptadas en todos los países, el fraude
documental se sigue presentando en forma creciente y cada vez más
tecnificada. La falsificación de documentos de identidad, de títulos y
valores, de contratos y papel moneda, es cosa de todos los días. Se
clonan billetes, comprobantes, registros y diplomas; se imitan firmas,
sellos, marcas y contraseñas comerciales; se alteran cifras fechas y
valores. El desarrollo de las artes gráficas, unido al cada día más
expedito acceso a los modernos sistemas de impresión y multicopia, ha
jugado un papel preponderante sin duda en el incremento de los ilícitos
contra la fe pública”
(Luis Gonzalo
Velázquez Posada, “Falsedad documental y laboratorio forense”).
Afortunadamente
a la cita del experto que indica el creciente incremento del delito de
fraude documental, es posible complementarla con el estudio profesional
que ha dado exhaustivas pruebas que determinan “NO EXISTE LA
FALSIFICACION PERFECTA”. Por ello , en el caso que un fraude
documental no sea descubierto, de lo único que podremos hablar es de una
ineficiente investigación científica.
Entendemos por Documento al “PRODUCTO DE UNA OBRA HUMANA QUE
QUEDA IMPRESO COMO UNA HUELLA DENTRO DE UN ESPACIO O UN TIEMPO, TAL
PRODUCTO PUEDE SER GRAFICO, ICONOGRAFICOS, PLASTICOS, FONICOS O
VISUALES”.
Y entendemos a
la Documentología como “CIENCIA QUE ESTUDIA LOS DOCUMENTOS, PARA
DETERMINAR SU AUTENTICIDAD. LA QUE ESTA DADA EN LA ORIGINALIDAD DEL
SOPORTE, DE LOS TEXTOS, FIRMAS Y SELLOS EN ÉL ASENTADOS; FUNDAMENTÁNDOSE
EN LA CORRESPONDENCIA RECÍPROCA DE LOS ELEMENTOS, GESTOS GRÁFICOS, QUE
SE HALLAN IMPLÍCITOS EN LOS DOCUMENTOS, TENIENDO EN CUENTA EL VALOR DE
CADA UNO DE ELLOS Y SU MODO DE PRODUCCIÓN”.
Así definimos el objeto de estudio y el área de la ciencia aplicada al
mismo.
El fraude de documentos no es ya exclusivo de criminales profesionales.
Debido a la tecnología actual en scanner, impresoras y computadoras
personales, cualquier persona con un poco de inventiva puede falsificar
o alterar documentos importantes.
El fraude se oculta tras muchas máscaras y la seguridad en documentos
debe de lidiar contra falsificaciones y alteraciones. La defensa más
efectiva contra este tipo de actividades es implementar medidas de
seguridad en la manufactura del documento y en la manera en que se
imprimen los mismos.
Todo lo que no es claro, es fácilmente falsificable. Líneas y ornamentos
gráficos borrosos y poco nítidos le dan al falsificador la posibilidad
de conseguir con medios relativamente sencillos una apariencia óptima
semejante.
Existen dos metodologías utilizadas que convierten un documento en
apócrifo.
1.- FALSIFICACIÓN: Es la imitación total de un documento y puede
ser:
• Con utilización de soportes originales: o sea que el falsificador
cuenta con las mismas materias primas que el fabricante que emite los
documentos genuinos.
• En cuanto a la apariencia: el falsificador intenta con otras materias
primas lograr la misma impresión óptica del original.
2.- ADULTERACIÓN: Es el cambio fraudulento del tenor o escrito en
un documento. También se define el acto como falsificación de las
inscripciones.
Para evitar tales fraudes se incluyen tanto en la manufactura del
documento como en la impresión del mismo elementos de seguridad, que
cumplen esencialmente dos funciones:
1. Denotar alteraciones que pueda presentar el impreso
2. Disuadir la comisión de delitos asociados a documentos
Los elementos que previenen Adulteraciones, en general son elementos que
hacen notoria la maniobra de adulteración. Por ejemplo:
• Fondos de seguridad: guilloches, numismáticos.
• Reactivos químicos en el papel.
• Tintas de seguridad.
• Elementos difractivos ópticamente variables.
Los elementos que previenen Falsificaciones en general son materiales de
circulación restringida, productos de tecnología propietaria, o barreras
tecnológicas. Por ejemplo:
• Papeles de seguridad
• Tintas ópticamente variables (OVI)
• Diseños de seguridad: see-through / imágenes latentes
• Impresiones calcográficas
• Elementos difractivos ópticamente variables (DOV)
• Marcas de Agua (Filigranas)
Cada uno de estos elementos de seguridad aumenta la dificultad de
reproducción, modificación química, y eliminación mecánica de datos
críticos. Estas características están disponibles para documentos
financieros así como certificados, títulos, giros postales y otros
documentos que requieren la disuasión del fraude.
La tecnología permite además incorporar como elemento de seguridad de
documentos personales o tarjetas de ingreso a zonas restringidas
(identificación) características biométricas, entendiendo por biometría,
a la disciplina que estudia el reconocimiento de las personas a través
de sus características fisiológicas (huellas dactilares, iris, rostro,
retina,…) o de comportamiento (voz, firma,…).
Aplicando técnicas modernas de análisis documental a cargo de personal
con formación y experiencia en el campo de la Documentología, es posible
detectar todo tipo de falsificaciones y adulteraciones (borrados
mecánicos, erradicaciones químicas, agregados, etc.), así el uso de
elementos como lupas estereoscópicas, microscopios ópticos o electrónico
de barrido, comparadores espectrales (radiación UV, X e IR)
espectroscopia RAMAN, permiten desentrañar la maniobra falsaria sea cual
fuere su modo de producción.
En lo que respecta a la confección de tarjetas de acceso restringido que
posibilita a cada empresa poseer el control de espacios críticos para
evitar la difusión de secretos corporativos la inclusión de biometría
informática, entendida como la aplicación de técnicas matemáticas y
estadísticas sobre los rasgos físicos o de conducta de un individuo para
“verificar” identidades o para “identificar” individuos, permite no sólo
asegurar tales sitios sino instalar una barrera tecnológica inalcanzable
para el falsario.
CONCLUSION
El uso de tecnología apropiada en manos de
personal especializado, hace vanos los esfuerzos de falsificadores en
pos que sus maniobras pasen inadvertidas.
La premisa de los autores, cimentada en años de
trabajo en el área, resulta “NO EXISTE LA FALSIFICACION PERFECTA”...
pero lamentablemente, a veces muchos de los especialistas poseemos
limitaciones tecnológicas o profesionales que impiden la “INVESTIGACION
PERFECTA”.
Jorge Delgado es Licenciado en Criminalística y Criminología, Perito Accidentólogo y Documentólogo); Belen Elizabeth Nahmias es Calígrafo Público Nacional y Perito en Documentología.
Gracias!