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Cómo mejorar el desempeño policial

Es imposible cambiar a la Policía sólo mediante la educación

Entrevista de Claudio Martyniuk a Dirk Van Vierssen
  

 

 

P: En América latina en general y en particular en la Argentina, la policía sigue marcada por los distintos procesos autoritarios. Sobre esa base, ¿cómo se construye una nueva cultura policial?

-Eso es algo que se logra y sucede en la sociedad. No viene de afuera, no se puede traer e imponer. Es algo propio del país, debe resultar de su sociedad.


P: ¿Qué función puede cumplir la educación en la construcción de una nueva cultural policial?

-Es un error pensar que las personas que reciben educación pueden ser capaces de llevar a cabo cambios en las prácticas que los involucra. No conozco muchos casos en los que suceda de esa forma. El cambio al que usted se refiere puede ser respaldado por la educación, pero ese cambio debe darse en la organización misma.
No se puede educar a la gente de determinada manera y pensar que después de un tiempo la realidad cambiará.


En Holanda se hizo una investigación en la que se analizaba a los profesores que habían sido formados en un nuevo tipo de educación: ellos en aproximadamente seis semanas volvían a adoptarse a la vieja situación. Desarrollé mi trabajo en distintos países de Europa y del mundo. En todas partes se ve a policías que vienen con nuevas ideas de una academia —en la mayoría de los casos, de una Academia policial—, y todos reconocen que apenas salen de la academia son recibidos en la función con la misma frase: "Olvídense de lo que aprendieron en la escuela, ahora vamos a enseñarles cómo es la realidad".
En mi opinión, es imposible cambiar a la policía sólo mediante la educación. Se puede usar la educación como apoyo, pero es necesario el compromiso de la organización policial propiamente dicha.


P: ¿Es necesario construir una nueva relación entre la policía y la sociedad civil?

-Eso depende. Es muy importante tener un panorama claro de qué clase de policía quiere tener la comunidad. Y eso no es algo que pueda determinar una academia de policía. Es algo que la sociedad argentina debe hacer por sí mismo.
Nosotros estamos aquí porque pensamos que hay una corriente social que quiere tener una policía democrática, orientada a la comunidad. Estamos aquí porque nos invitan personas que apoyan y promueven una creciente profesionalización de la policía, de una policía que se maneje como corresponde, respetando las normas en materia de derechos humanos.


P: ¿Qué similitudes encuentra entre los problemas de algunas de las policías argentinas y los que encontró, por ejemplo, en las policías del Este europeo?

-La policía era siempre represiva en esos países. Y en Argentina la policía era militarista y también muy represora, pero es difícil comparar distintas fuerzas policiales. Argentina tiene su propia historia. Actualmente, el problema es cómo crear una relación estrecha con la población, de tal manera que la policía pueda mantener un ambiente de vida y trabajo seguro para la sociedad argentina.
Se puede aprender de otros países, pero no copiar. 

La Argentina debe encontrar su propia manera, sus respuestas, creando una relación estrecha con la población.
La policía no puede, por sí sola, crear un entorno seguro para vivir y trabajar. Eso es una ilusión.
Por ejemplo, ante el problema de la violencia doméstica, la policía puede presentarse ante la pareja golpeadora y señalar que no está permitido golpear, pero resolver el problema de la violencia doméstica no es algo que la policía pueda lograr sola.
Por lo tanto, son necesarias las tareas de otras organizaciones y actividades sociales, como las de los trabajadores sociales, psiquiatras, etc. La policía puede trabajar en esa dirección, pero el resultado final depende de la cooperación de la población, la policía y diferentes organizaciones de la sociedad.


P: En nuestra sociedad, uno de los principales reclamos dirigidos a la policía es brindar más seguridad. ¿Cómo se puede cumplir esa demanda social?

-Me inclino a decir que la policía no puede. La policía no es una especie de tienda donde se pueda comprar seguridad. Además, la gente tiene que asumir su responsabilidad.
Si me roban el televisor por dejar la ventana abierta, tengo que asumir mi cuota de responsabilidad.
Es necesario cooperar con la policía para crear un entorno seguro para vivir y trabajar. No se puede ir a la policía y decirle que hay un problema de seguridad y que deben resolverlo.
El servicio policial debe ser comunitario, activamente orientado a la sociedad. No comienza cuando sucede algo, sino que comienza mucho antes de que algo pase y siempre en cooperación con otros grupos de la sociedad.


P: ¿Qué pautas se deben dar para actuar correctamente ante una protesta social?

-Existen algunos elementos genéricos que deben manejarse con los grandes grupos, las grandes manifestaciones, que se ven en todas partes. Y está por otro lado lo específico de la cultura argentina, como los piqueteros.
Si hay algo específico para Argentina es cómo responder a la demanda de la gente que quiere circular por la calle y al derecho de las personas que quieren protestar. Pero eso debe decidirse acá. Y cómo atender una protesta es algo que no puede tener un patrón técnico.
Es un error suponer que la educación sabe siempre qué es lo mejor en la práctica. Hay respuestas que deben ser dadas por la sociedad y la policía.
La sociedad, la policía, el gobierno, todos juntos deberían aportar visiones e ideas. Otros podremos aportar alguna información adicional, pero no modelos que se deban copiar.
Se puede copiar, pero después, como se dice, "las soluciones están buscando problemas". Cuando hay problemas, se deben encontrar las soluciones adecuadas, no al revés.


P: ¿Podemos imaginar en Argentina una policía con menos acciones brutales y menos utilización de las armas, más profesional y eficiente?

- Sí. Pero no mañana. En una charla social, un colega me contó del interés que podría haber en Argentina por recibir cooperación de la Academia de Policía de Holanda. Escribimos una carta, diciendo "es una buena idea y si realmente quieren nuestra cooperación, deberían invitarnos", nosotros nos pagamos el pasaje y ustedes pagan el hotel y ahí estaremos. Pasaron 14 días nada más y recibimos la invitación.
Por lo tanto, no tengo una visión pesimista. Veo muchos problemas en Argentina, pero desde 2001, cada vez que venimos encontramos más gente que está ocupándose de reconstruir esa policía brutal y militarizada.
No son pasos de gigante, son pasos muy pequeños, pero es paso a paso como se crece.


P: ¿Por ejemplo?

- Tuvimos encuentros emotivos en Tucumán. Un grupo pequeño de efectivos policiales y miembros de una ONG trabajando juntos. Al comienzo, la ONG y la policía no querían estar en la misma habitación. Pero paso a paso la distancia fue acortándose. Y en 2003 ya estábamos muy cerca. Tuvimos un seminario con la policía y después con la ONG.
Gente de la policía y de la ONG fueron a una de nuestras sedes, tuvieron una cena y una reunión. Ahí estaban, en la misma sala por primera vez. Hubo diálogo, discusión y asado. Y esto es muy importante: Las ONG no han perdido su función crítica, pero no pueden quedarse sentadas en una silla y simplemente criticar, tienen que hacer algún trabajo también y eso está ocurriendo.
No puedo predecir cuándo Argentina podrá ser un modelo policial para el resto de Sudamérica, pero está avanzando. Lo vemos cada vez que venimos, volvemos y vemos cosas nuevas.


P: El trabajo que realiza, ¿cómo busca incidir en la práctica?

- En 2000, cuando trabajaba en la universidad en el área de educación, fui designado coordinador educativo en la predecesora de la Academia de Policía de Holanda, buscando implementar los hallazgos de la investigación educativa en la educación policial.
 

Nuestra formación es una de las primeras en Europa que se basa en los resultados de la investigación educativa.
 

Ahora estamos viendo en Holanda que la distancia entre la educación y la práctica policial ha desaparecido.
O sea que educamos gente que después de su formación realmente puede desempeñar su trabajo. Y eso se da del mismo modo en los diferentes niveles, y por eso se interesan en otros países por nuestra propuesta.

 

 

 

Dirk Van Vierssen es educador de policías holandés. Holanda coopera con la Argentina en nuevos modelos de capacitación policial que ponen el acento en la profesionalidad y el respeto de los derechos humanos.

Claudio Martyniuk es periodista del diario Clarín, de cuyo sitio web www.clarin.com.ar tomamos este material. gracias a todos!

 

Usted está en   https://www.forodeseguridad.com/artic/discipl/4109.htm

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